En esa flor ya ha cuajado la cereza. Si hay suerte y el viento ni el agua lo estropea, ya tenemos una cereza que me la pido yo porque no vamos hacer tres trozos.
Seguro que habrá más de tres cerezas.
Cuidar del campo, es un trabajo enorme. Es mucho esfuerzo y muchos sudores.
Si alguien piensa que con esto uno se puede hacer rico, está muy equivocado. Trabajando nadie se hace rico. Todo lo más puedes tener fruta, patatas, verduras que no tienes que comprar, pero rico deslomándose en el campo nadie se hace.
El viernes robaron en la tienda de estos amigos que hacen chorizos y viven del ganado que tienen.
Pero no solo robaron a esta familia, robaron a montones de familias que llevan sus jamones de la matanza para curarlos ahí. Hay personas que sólo pueden comer la carne de los animales que ellos crían, y tienen proteínas para todo el año. Hay ladrones que no saben el daño que hacen cuando roban a un ganadero que trabaja de sol a sol, y no le sobra el dinero porque él mismo trabaja sus campo y atiende sus ganados.
ES DE RUINES ROBAR A UNO QUE ES TAN POBRE COMO TÚ Y QUE SOLO CON SU ESFUERZO Y TRABAJO SACA A SU FAMILIA PARA DELANTE.
Estos ladrones que robaron la noche del viernes en Hinojosa de San Vicente, son malvados por dos veces: por robar a
montones de familias que han dejado sin poder comer proteínas ya que sus jamones se curaban en cámaras de la carnicería de donde fueron robados. y por robar a un ganadero que lo poco que tiene lo ha ganado con su sudor.
Esta persona no tenía seguro porque no puede pagarlo ya que los gastos del alimento del ganado, y los gastos de los impuestos se comen lo poco que saca . Haber como va a pagar los jamones que no eran suyos. Sólo deseo que algún día pillen estos ladrones y los den su merecido.
Mientras no cambien las leyes y entren por una puerta y salgan por otra, esto será jauja para los que cogen lo ajeno. Quiero que sepan que han robado a montones de familias.
Si sabes de algún sitio en donde se vendan jamones muy baratos, da la voz de alarma a la policía o guardia civil.
Cuando una persona mayor, vieja, cultiva un campo, no lo hace por gusto, sino, por necesidad.
Las pensiones de 600 euros como las que hay en los lugares rurales, no dan para mucho, de ahí que las personas tengan que hacer algo para que la tierra los alimente.
Esta flor es de manzano y está rodeada de capullos aun sin abrirse.
Flor de manzano que da manzanas golden.
Capullitos del manzano.
Una margarita sola en las rocas.
Cachorro juguetón.
Preciosos caballos en un lugar de la mancha
Hay que evitar dar los nombres de los lugares para que los que se apropian de lo ajeno lo tengan muy difícil.
Relajados comiendo la hierba fresca y verde.
No les importó que yo anduviera por ahí, pues ellos estaban en su casa y no por ello les iba a amedrentar.
Alguno levantó la cabeza de la hierba para dedicarme una mirada y que la cámara pudiera sacar su rostro
Una preciosidaddddddddd
Comen sin bajar la guardia ni un segundo.
... ajenos al ir y venir de los coches ellos continuaban acariciando entre sus dientes la fresca hierba.
Cuenta la leyenda que un caballo de ojos almendrados, cara de pera con una mancha blanca desde la frente hasta los morros, se enamoró de una joven muy bella.
El caballo cada vez que veía a la joven se ponía nerviosito y comenzaba a trotar en el sitio haciendo que sus patas y la fuerza de éstas hicieran un gran agujero en la tierra.
Una tarde que la dama estaba caminando bajo una sombrilla rosa con guirnaldas que colgaban en forma de lluvia, el caballo cada vez sentía más cercana su voz.
Nervioso comenzó a trotar desde el sitio y el agujero era tan grande que no se le veía quedó abajo en un gran precipicio.
La dama caminaba y hablaba bajo la sombrilla para paliar un poco los ardientes rayos del sol.
Con tan mala suerte que el pajarillo con el que hablaba, no la avisó que dos pasos más había un gran precipicio. Pues él se despistó al ver en una rama de un almendro a su amada.
Y la dama cayó dentro del agujero. Afortunadamente allí estaba el caballo para salvarla, pues cayó encima de sus lomos. El susto fue tremendo, pero al ver que estaba sentada en unos lomos anchos y cálidos comenzó a dejar de temblar por el miedo.
El caballo de un salto salió de allí como si le hubieran crecido unas enormes alas.
La dama le dio las gracias y le invitó que entrara en sus tierras para que disfrutara de toda la comida y agua pura que en ellas había. Y de esta forma sin quererlo el destino los unió. La dama todas las tardes montaba al caballo enamorado. Éste, nunca dijo nada porque sabía que su amor con una humana era imposible. Pero tenía lo que deseaba, y era, estar cerca de la joven bella. Tenía comida y agua para todos los días y el cariño la bella joven.
A veces el destino pone en nuestro camino parte de la felicidad que añoramos. Si estamos despiertos nos daremos cuenta y sabremos aceptarlo.
Cuento inventado mientras escribía esta entrada.